Jorge Elso Torralba obtuvo el título de Ingeniero Industrial en la Universidad Pública de Navarra en 2005, y el de Doctor en Ingeniería por la misma universidad en 2012. Actualmente, Jorge es vicerrector de Internacionalización y Cooperación de esta universidad, por lo que en esta entrevista nos habla, entre otras cosas, de la importancia de la internacionalización y de los programas de movilidad.
¿Qué importancia tiene hoy en día la internacionalización?
En el actual mundo globalizado, una estrategia de internacionalización es esencial en muchas organizaciones, e imprescindible en la universidad. Internacionalizar significa incorporar la dimensión internacional en todos los ámbitos de la actividad universitaria -formación, investigación y extensión-, por lo que debe involucrar a toda la comunidad universitaria -estudiantes, profesorado y personal de administración y servicios-. Se trata de un proceso continuo que requiere un gran impulso, y que adopta cada día nuevas formas: dobles grados internacionales, proyectos Erasmus, universidades europeas, etc.
¿Qué diferencias encuentra entre el actual programa de movilidad Erasmus+ y el anterior Erasmus?
El actual programa Erasmus+ (2014-2020) integra por primera vez todos los sectores educativos -educación escolar, formación profesional y educación a personas adultas-, además del sector original de la educación superior. Su presupuesto se incrementó notablemente: de los 6.970 millones de euros del Programa de Aprendizaje Permanente correspondiente al ciclo 2007-2013 se pasó a un presupuesto total de 16.454 millones de euros, lo que supuso un aumento del 236%.
El programa está estructurado en 3 acciones clave que financian todo tipo de proyectos educativos:
1. Movilidad de los individuos por motivos de aprendizaje: las tradicionales estancias Erasmus de estudiantes y personal de los centros educativos.
2. Cooperación para la innovación y el intercambio de buenas prácticas: es una acción novedosa que permite la creación de consorcios internacionales de instituciones educativas (universidades, colegios, centros de formación de adultos, etc.), para la implementación de proyectos educativos conjuntos en cada uno de los miembros del consorcio.
3. Apoyo a la reforma de políticas: esta nueva acción financia la formación de consorcios internacionales para la implementación de proyectos que impacten en el desarrollo de las políticas educativas gubernamentales.
Además de las 3 acciones claves, se mantiene la acción Jean Monnet, que financia la enseñanza internacional en cuestiones relacionadas con la Unión Europea, y se incorpora por primera vez la Acción para el Deporte.
Una última novedad es la incorporación de la denominada dimensión internacional, que ha permitido que el programa Erasmus salga de los límites de la Unión Europea, permita llevar a cabo las anteriores acciones en prácticamente cualquier país del mundo.
Para el nuevo ciclo del programa (2021-2027), la UE ha aprobado ya un presupuesto que triplica el importe asignado al ciclo anterior, lo que permitirá ampliar el número de jóvenes participantes. Para ello, se han propuesto una serie de medidas que eliminen todas las barreras económicas, sociales y culturales que dificultan el acceso al programa.
Asimismo, durante los próximos años 2021-2027 se plantea aumentar las sinergias con otros programas europeos para cubrir actividades que, en la actualidad, no se pueden financiar bajo Erasmus+. El presupuesto procedente de otros programas servirá para ajustar la cuantía de las becas, los costes de transporte y manutención para los colectivos más vulnerables, o para financiar nuevos proyectos.
¿De qué modo están fomentando la internacionalización, cooperación o programas de movilidad como Erasmus+ en UPNA?
La universidad ha adaptado sus estructuras internas para alinearlas al fomento de la internacionalización en un sentido amplio, que incluye tanto las relaciones internacionales como la cooperación al desarrollo. La existencia de un Vicerrectorado y de una Dirección de Área de Internacionalización y Cooperación, así como de vicedecanos/subdirectores de internacionalización en cada centro, garantizan que la internacionalización siempre esté presente en la toma de decisiones al más alto nivel. Asimismo, la UPNA se ha dotado de una red de coordinadores de relaciones internacionales por titulación, y de responsables de movilidad por universidad socia, que garantizan la calidad en la internacionalización de los títulos, una gestión académica rigurosa y personalizada de la movilidad, así como una relación cuidada e individualizada con cada una de nuestras más de 300 instituciones socias. En el plano administrativo, la Sección de Internacionalización y Cooperación implementa las políticas de internacionalización de la institución, gestionando los programas de movilidad para alumnado y personal y prestando apoyo técnico en la gestión de los proyectos Erasmus y de cooperación.
Esta estructura interna permite una política de internacionalización que supera la mera movilidad física de estudiantes o del personal, incorporando elementos como el trabajo en consorcios internacionales en proyectos de investigación y de innovación educativa, el fomento de las co-tutelas doctorales internacionales, la internacionalización en casa, la docencia en inglés, prácticas internacionales y una política de becas tanto con recursos propios como a través de convenios de colaboración con entidades bancarias, que permite que en la actualidad la tasa de movilidad internacional de estudiantes de la UPNA supere el 26%, una de las más altas de toda España.
¿Qué aporta a un/una estudiante participar en programas de movilidad?
En primer lugar, madurez. Tenemos estudiantes extraordinariamente brillantes en lo académico, pero que en muchas ocasiones no se han enfrentado a situaciones desconocidas ni han salido de su zona de confort. La movilidad les fuerza a hacerlo y en pocas semanas el cambio es perceptible: ganan seguridad, autonomía, adaptabilidad, tolerancia a la incertidumbre… La movilidad está vinculada también con una mayor capacidad de comunicación, creatividad, espíritu emprendedor, etc. Los empleadores lo saben y lo valoran. En ese sentido, la movilidad pude considerarse como una de las mejores oportunidades de la que disponen los estudiantes para desarrollar las denominadas competencias transversales.
¿Qué relevancia tiene en la actualidad el conocimiento de idiomas extranjeros?
Hoy en día el dominio del inglés es un requisito mínimo que se espera de cualquier titulado superior en España y que las empresas exigen en gran parte de sus procesos de selección. En ese sentido, y tras asegurar fluidez en el inglés, el dominio de un segundo idioma extranjero puede marcar la diferencia en el mercado laboral. Las opciones más solicitadas son el francés y el alemán, aunque otros idiomas también pueden ser importantes en sectores concretos. En Navarra, la utilidad de estos idiomas es particularmente evidente, dada la cercanía con Francia y la presencia de la sede de Volkswagen. Por otro lado, la adquisición de competencias de comunicación fluidas en idiomas extranjeros demuestra por lo general una alta capacidad de adaptación a otras culturas y entornos, una habilidad muy valiosa en el actual panorama laboral.
¿Ofrecen en UPNA algún tipo de ayuda a jóvenes participantes en estos programas de movilidad?
La UPNA gestiona programas de becas externos e internos. Los primeros incluyen el pago de las ayudas Erasmus, el de las becas otorgadas por entidades bancarias (Caja Rural, Banco Santander), la asignación y abono de becas del Programa Santander-Iberoamérica y Santander-Erasmus, la tramitación de las becas del programa Aquimob para estudiantes con destino en Aquitania (Francia), etc. Por otro lado, la UPNA aplica una política interna de becas de fomento de la movilidad internacional que compensa las diferencias en los importes aportados por financiadores externos en cada programa. De esta manera, independientemente del programa y sus financiadores externos, los estudiantes pueden contar con un mínimo común para financiar su movilidad. Además, la UPNA gestiona un programa de becas específico para estudiantes con menos recursos económicos, que financia el 100% del coste de la movilidad internacional y se anuncia anualmente con la antelación suficiente como para que ningún estudiante se autoexcluya del proceso de selección internacional por no contar, a priori, con los suficientes recursos económicos en su entorno familiar. Finalmente, el programa de ayudas a la formación lingüística financia las matrículas en el Centro Superior de Idiomas de la UPNA de los estudiantes seleccionados para realizar una movilidad internacional en el curso siguiente al de la formación.
¿Cómo animaría a jóvenes estudiantes a participar en programas de movilidad?
Lo cierto es que en la UPNA tenemos pocos problemas de participación en estos programas, pues son extraordinariamente populares. Creo que cada estudiante tiene sus propias razones para participar. En unas ocasiones, son más pragmáticas, como la mejora en el currículum, el desarrollo de ciertas capacidades o el aprendizaje de lenguas. En otras, puede tratarse de inquietudes culturales o del simple deseo de conocer otras gentes y lugares. Ciertas universidades pueden representar una motivación en sí mismas, debido a su prestigio en un determinado campo de conocimiento. Por último, puede primar un impulso de exploración, es decir, el reto de vivir un año de total independencia en un entorno completamente distinto al que hasta ese momento ha conocido. A veces concurren varias de estas razones, o todas ellas. Pero con carácter general, yo les diría que van a vivir una de las experiencias más intensas y enriquecedoras de sus vidas, que los convertirá en personas distintas a quienes serían de no haber participado en el programa.
¿Qué tipo de cooperación fomentan y ofrecen en UPNA?
La UPNA lleva muchos años promoviendo las actividades relacionadas con la cooperación universitaria al desarrollo. El Vicerrectorado de Internacionalización y Cooperación ha desarrollado con éxito dos programas denominados Formación Solidaria y CREAS. El primero tiene como objetivo el fomento de la movilidad de nuestros estudiantes hacia países en los que, de la mano de una universidad socia, pueden participar en proyectos de cooperación internacional, priorizando ciertos países y áreas de trabajo. El segundo apunta a una experiencia laboral en prácticas para aquellos estudiantes con inquietud en temas sociales, a los que el programa ofrece la posibilidad de realizar prácticas, tanto curriculares como extracurriculares, vinculadas a una entidad alternativa de carácter solidario. Además, ofrecemos un curso en desarrollo y cooperación internacional, vinculado a los dos programas anteriores, pero abierto también a toda la comunidad universitaria, en el que expertos internos y externos proporcionan una excelente introducción a estas temáticas.
¿Qué beneficio adquiere un/una joven que participe en programas de cooperación?
El beneficio más palpable es la adquisición de una serie de competencias transversales relacionadas con la responsabilidad social, la perspectiva intercultural, el pensamiento crítico hacia los problemas globales, o el emprendimiento dirigido a iniciativas que transformen la realidad y generen valor social, económico y ambiental, a nivel nacional o internacional.
¿Cree que los/as jóvenes que participan en estos programas de los que hemos hablado tienen mayores facilidades de encontrar un empleo?
No tengo ninguna duda al respecto y, de hecho, existen varios estudios que así lo avalan. Uno de los más conocidos, el realizado por la consultora CHE para la Comisión Europea, mostraba que la tasa de paro cinco años después de la graduación es un 23% inferior en los alumnos Erasmus, y su probabilidad de sufrir desempleo de larga duración es un 50% menor. En la misma línea, un 64% de los empleadores consideran la experiencia internacional como un aspecto importante del proceso de selección.