«Acuicultura, el futuro de la alimentación»

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La acuicultura sostenible puede ayudar con el problema de las reservas de alimentos sin poner en peligro los límites del planeta.

Los ecosistemas al borde tienen consecuencias nefastas: si no hay tiempo suficiente para recuperarse, destruiremos los animales y plantas que tienen funciones esenciales, como la preservación de la calidad ambiental y la producción de recursos alimentarios.

La razón de la falta sería que los recursos naturales no se están utilizando bien hoy en día. Sin embargo, existe la necesidad de satisfacer la demanda de alimentos de un planeta superpoblado. Si la oferta disminuye pero la demanda sigue creciendo, ¿Cómo podemos obtener las reservas de alimentos que necesitamos sin sobrepasar los límites del planeta?

La respuesta está en implementar métodos agrícolas sostenibles y escalables sin comprometer el funcionamiento adecuado de los recursos naturales que tienen el potencial de aumentar la producción. Sólo así se podrán crear hábitos de producción y consumo saludables para el planeta, y aunque aún queda un largo camino por recorrer, algunos de estos métodos ya existen.

Con la acuicultura, por ejemplo, se desarrolla un método innovador para optimizar los recursos marinos y fluviales, con el objetivo de cultivar peces y algas de forma sostenible, dando a los ecosistemas su propio tiempo de recuperación y así gracias a la conservación de este entorno tan preciado.

Hoy en día, la acuicultura representa más del 57% del pescado que consumimos en todo el mundo.

El valor de esta actividad radica en la forma en que complementa la pesca extractiva responsable, contribuyendo en gran medida a la creación de recursos alimentarios seguros, saludables y de alta calidad.

LA IMPORTANCIA DE SALVAR LOS OCÉANOS
Para empezar, consideremos que más del 70% de la superficie de nuestro planeta está cubierta por agua que se transforma y se mueve de un lugar a otro en diferentes estados, creando el ciclo del agua, sin el cual la vida en la Tierra sería imposible. Yo no existiría. La mayor parte de esta agua se encuentra en los océanos.

La contaminación y el cambio climático tienen un impacto importante en el estado de los medios acuáticos. Es fundamental proteger los ecosistemas, incluidas las especies y sus hábitats, ya que no sólo son fuente de alimento, sino también responsables de producir la mitad del oxígeno que respiramos y absorber una gran cantidad de dióxido de carbono.

Esta función es fundamental para regular la temperatura del planeta: este ecosistema almacena parte del CO2 producido para acabar en la atmósfera, pero si este sumidero de carbono se daña y no puede cumplir su función, la cantidad de CO2 en la atmósfera aumentará significativamente. .

Por otro lado, cuanto más dióxido de carbono tenga que absorber el agua del océano, más se acelerará la acidificación, dañando los ecosistemas donde viven muchas de las especies que consumimos y dificultando su reproducción.

En definitiva, la importancia de preservar los ecosistemas marinos es que toda la vida en nuestro planeta depende de su bienestar.