El grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFD) de la Universidad San Jorge cuenta con profesores que son o han sido deportistas de élite que decidieron dar el paso a la docencia universitaria y ahora transmiten sus conocimientos y experiencia a los estudiantes de la USJ.
Todos han competido en la máxima categoría de sus disciplinas y han alcanzado hitos históricos. Demetrio Lozano cuenta con un mundial, tres medallas de bronce en los Juegos Olímpicos y cuatro platas europeas; Sergio Domenech ha sido campeón de España y ha conseguido medallas en copas del mundo, un campeonato de Europa de clubes y una medalla de oro en el Gran Slam de París, siendo el primer español en conseguirlo en 50 años; Luis Alberto Marco ha ganado la medalla de plata en un campeonato de Europa, ha sido 6 veces campeón de España y atleta olímpico en Londres en el 2012.
Por su parte, Celia Marcén batió el récord de España en 20 km marcha, fue bronce en los Juegos del Mediterráneo, consiguió un bronce por equipos en la Copa de Europa de Marcha Atlética y compitió en dos campeonatos del mundo. Además, Toño Cartón ha sido jugador de la primera división de balonmano consiguiendo ser campeón de la Liga ASOBAL, de la Copa del Rey y subcampeón de la Supercopa de España. Por último, José Luis Arjol ha sido futbolista profesional durante seis temporadas, técnico especialista en preparación física y segundo entrenador durante 11 temporadas en equipos de primera división de fútbol.
El paso a la docencia
Todos ellos comparten su pasión por el deporte, aunque cada uno eligió la docencia por diferentes motivos. Para Celia Marcén y Sergio Domenech se trata de algo que siempre les había atraído. Sergio explica que para él “transmitir conocimiento es algo vocacional” y cuando tuvo la oportunidad de hacerlo en la USJ, pensó que “era una responsabilidad” que le completaba “a nivel profesional y personal”.
Luis Alberto Marco admite que la docencia no le había interesado antes porque no había descubierto lo motivante que resulta enseñar sobre temas que le gustan y sobre los que se ha formado. Según José Luis Arjol, en su caso, “la irregularidad laboral propia de un mercado tan exigente como el fútbol profesional” hizo que aceptase ser docente en la USJ y poner en marcha el grado en CCAFD. La incertidumbre del deporte de élite también empujó a Celia Marcén a la docencia. “No soy una persona muy competitiva y, a diferencia de otros deportistas, nunca me visualicé muchos años en el alto rendimiento; siempre lo vi como una etapa corta en mi vida”, admite.
Aplicación en las clases
Así pues, por diferentes motivos, terminaron en las aulas de la USJ. El salto a la docencia cambió su día a día, pero no modificó las cualidades que adquirieron durante sus años de competición.
Demetrio, Celia, Luis Alberto y Sergio coinciden en los hábitos de trabajo, organización, esfuerzo, planificación y autoexigencia que el deporte de élite les ha permitido afianzar.
“Mantengo el análisis crítico de la misma forma que lo hacía en las competiciones. Analizo qué sale bien, qué sale mal y qué se puede mejorar para aplicarlo en las clases con el objetivo de que los alumnos se lleven la mejor experiencia”, explica Luis Alberto.
Toño Cartón, además, afirma que el deporte de élite enseña a gestionar las emociones y conocerse a uno mismo, ya que permite conocer cómo actúa cada uno en situaciones de estrés, así como reconocer patrones en los demás. “Estas dos competencias clave para la educación emocional son las que me gustaría transmitir a mis alumnos”, añade.
El deporte de élite impregna a la persona que lo vive y, tal como explica Sergio Domenech, el deportista “no puede desprenderse de esa influencia”, por lo que es inevitable que apliquen en sus clases los conocimientos adquiridos. Demetrio Lozano asegura que utiliza ejemplos de su experiencia y José Luis Arjol afirma que le permite “aportar al alumno la realidad de las necesidades con las que se va a encontrar al finalizar los estudios”, algo “imprescindible en el área de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte”.
Para Celia Marcén, es herencia del deporte su “empeño en que cada alumno llegue a su potencial”, su manera de “presionar a aquellos que pueden dar más” y su hábito de “retarles a no conformarse”. Toño comparte esta cualidad y afirma que intenta meter a los alumnos “en problemas casi reales” para “obligarles a fallar pronto y fallar mejor hasta que acierten”.
Deportistas y estudiantes
La USJ, y en especial el grado en CCAFD, cuenta con estudiantes que son deportistas de alto rendimiento y tienen unas necesidades especiales. En este sentido, son comprendidos especialmente por estos profesores, ya ellos mismos fueron deportistas de élite al mismo tiempo que estudiantes.
Jose Luis Arjol comenzó a compaginar el deporte de alto rendimiento con la formación cuando se planteó cómo sería su futuro profesional más allá de los años como deportista. Para Luis Alberto, que continúa estudiando puesto que está inmerso en su doctorado, entiende su formación como “una herramienta para estar preparado” cuando no pueda seguir por cuestiones físicas. Toño Cartón, que también es doctorando, explica que para él el deporte y la formación “son dos dimensiones distintas y necesarias para estar en equilibrio”.
Demetrio recuerda que le gustaba estudiar CCAFD porque estaba directamente relacionado con su rendimiento deportivo y lo utilizaba como una distracción. “Estudiar me servía para no pensar todo el tiempo en la competición”, afirma. Celia comparte esta impresión y rememora que “estuviera donde estuviera, ya fuera en una concentración o competición” se autoimponía estudiar como mínimo una hora al día.
Alumnos deportistas
La empatía que desarrollan los profesores y la normativa de adaptación y flexibilidad que contempla la USJ en estos casos hace que los estudiantes deportistas de alto rendimiento puedan compaginar la formación universitaria con su carrera deportiva.
Celia explica que “se diseña un programa personalizado según sus calendarios deportivos” y aprovechan cuando tienen descanso o periodos menos intensos “para hacer tutorías o repaso de temas”. Demetrio Lozano reconoce que comprende su situación e intenta estar “cerca de su problemática” para ayudarles “dentro de la normativa académica”.
Ahora bien, todos recalcan que el nivel de exigencia es el mismo que el que se espera de otros estudiantes. “La exigencia es la misma. Yo he vivido ese proceso y he sido capaz de sacarlo adelante, así que sé que se puede hacer con trabajo y organización”, manifiesta Luis Alberto Marco. En este sentido, José Luis Arjol destaca la labor del tutor como figura “que orienta al alumno sobre cómo compatibilizar el estudio y la carrera deportiva”.