Si algo nos está enseñando la difícil situación actual es la necesidad de contar con la colaboración entre agentes públicos y privados para favorecer el crecimiento de nuestra economía a través de nuevos negocios y la importancia de impulsar la digitalización en todos los sectores.
El Emprendimiento ha sido parte nuclear de la historia económica y evolución del tejido empresarial de Euskadi y, por lo tanto, de la forma de hacer de nuestras empresas. Desde la construcción naval de madera, pasando por las bicicletas y las máquinas de coser o, más recientemente, el ámbito aeroespacial. Sin embargo, el impulso del Emprendimiento de carácter tecnológico no consiste sólo en un mecanismo de creación de empresas y generación de empleo cualificado, sino que ha demostrado ser un revulsivo para la transformación de empresas y sectores considerados tradicionales. Cada vez vemos con mayor frecuencia casos de grandes y medianas empresas que invierten y colaboran con startups como un medio de incorporar rápidamente tecnologías avanzadas. Iniciativas que, gracias a una globalización bien entendida, ponen en contacto a startups de todo el mundo con empresas tractoras, permitiendo acelerar procesos de Transformación Digital de corporaciones que, de otro modo, habrían tardado mucho más tiempo y esfuerzo en conseguir similares resultados.
Por otro lado, el mundo se encuentra ya inmerso en la “Década Digital”, caracterizada por la rápida extensión de la digitalización en todos los órdenes de actividad, debido a la combinación del espacio físico y virtual y, sobre todo, al surgimiento de nuevas oportunidades de innovación y crecimiento económico originados en la creciente “datificación” de la sociedad. A través de numerosas palancas tecnológicas, con aplicación en diferentes sectores, se busca un incremento en las prestaciones de la administración, de las empresas y de la sociedad en su conjunto, para dar una mejor repuesta a los cambios complejos del entorno. En concreto, estamos hablando de Inteligencia Artificial, Conectividad-5G, Ciberseguridad, Interoperabilidad, Estrategia del Dato, Computación Cuántica o Competencias Digitales. Se ve necesario un salto cualitativo que aúne esfuerzos a través de proyectos concretos que, por ser transversales e involucrar a muchos agentes, sean la base de nuestra Transformación Digital.
En definitiva, el impulso del Emprendimiento ha demostrado ser un revulsivo para la Transformación Digital y viceversa. Ambas se convierten, así, en instrumentos fundamentales para desarrollar nuevos productos y soluciones que aporten mayor valor añadido y mejoren la posición competitiva de la industria, en nuestro caso, vasca.
Sin embargo, una buena parte del éxito de ambas transformaciones descansa en las personas. El Emprendimiento y la Transformación Digital también deben ser herramientas para contribuir a reducir las desigualdades que muchos de nuestros territorios sufren, así como para producir un crecimiento más inclusivo que genere nuevas oportunidades de desarrollo social y económico. En otras palabras, son elementos fundamentales para contribuir al ODS 10 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el relativo a la Reducción de las Desigualdades.
En este contexto, el papel de los Gobiernos también es crítico. Se nos demanda una actitud emprendedora para la escucha activa de las necesidades y la atención ágil de las mismas, la anticipación y exploración del futuro para detectar nuevas oportunidades, la experimentación constante de nuevos modelos y fórmulas, el impulso a sectores y proyectos de futuro, la utilización eficiente y responsable de las herramientas a nuestra disposición (normativas, fiscales, financieras, compra pública,…), y el fortalecimiento permanente de nuestro ecosistema para favorecer “que las cosas pasen”. Todo ello, en una convivencia sinérgica con otras instituciones (multinivel) y la iniciativa privada.
Aunque ya llevamos mucho tiempo trabajando en ello, en el Gobierno Vasco creemos que ahora es el momento propicio para, a través del binomio Emprendimiento-Transformación Digital, dar un paso adelante y liderar la transformación social, económica, industrial y de sostenibilidad que permita a nuestro País situarse entre los puestos de cabeza en el desarrollo económico y humano en el mundo.
