La figura de estos influencers literarios se integra como un instrumento educativo para fomentar la lectura entre niños y adolescentes.
El fenómeno booktuber, protagonizado por personas, en su mayoría mujeres, que utilizan su canal de YouTube para hablar y compartir su amor por los libros, ha crecido exponencialmente en los últimos años hasta el punto de ampliar su campo de influencia a otras redes sociales, como Instagram (bookstagram) o TikTok, y de contar entre sus filas con usuarias —ya influencers de la lectura— que han sido capaces de crear comunidades con más de 100.000 seguidores, en su mayoría adolescentes y jóvenes deseosos de conocer nuevos títulos sugeridos por sus prescriptoras literarias de cabecera.
La experiencia nos demuestra que los mejores prescriptores de lectura para los niños y adolescentes son sus iguales, ya sean compañeros o referentes en redes sociales. Cuando un booktuber admirado hace una recomendación o una propuesta literaria, esta siempre va a ser más considerada que si esa misma recomendación viene de un profesor o de un familiar.
Partiendo de esta evidencia, no son pocos las y los profesores que están apoyándose en el boom de los booktubers como herramienta para despertar el interés por la lectura entre sus alumnos, a la vez que desarrollan otras competencias académicas.
Fomentado la creatividad y la imaginación utilizando herramientas digitales.
Además de todos estos beneficios a nivel del desarrollo de destrezas comunicativas y de fomento de la lectura, otra ventaja de estas iniciativas que tienen a los booktubers como protagonistas: eliminar el estigma a todo aquello que tiene que ver con internet y las redes sociales.
Los booktubers son todavía anónimos para las grandes masas. 100.000 seguidores no son muchos en un entorno online. No tienen el impacto mediático de los youtubers, introduciendo estos perfiles “anónimos” en los entornos de lectura “podría darles una mayor notoriedad” entre el alumnado.