La mayoría de profesionales optan por puestos de trabajo en empresas privadas con mejores condiciones en lugar de hacer un doctorado.
La Comunidad Valenciana se está quedando sin profesores de Informática. Tanto que hay decenas de centros que no han empezado a dar clase tras un mes de haberse iniciado el curso porque simplemente no hay maestros disponibles.No sólo sucede en esta región: en Aragón la falta de 38 profesores ha hecho que los estudiantes de algunos grados medios solo reciban 5 horas lectivas de las 30 semanales. Y tampoco es un problema exclusivo de la educación secundaria o la FP.
Las matriculaciones en ingenierías han crecido tanto en los últimos años que las universidades tampoco están siendo capaces de contratar tantos profesores de esta especialidad para satisfacer la alta demanda. No es país para profesores.
Demasiada demanda. Según estadísticas del Ministerio de Universidades, los grados técnicos no paran de brotar como setas en España. Y la asignatura de informática ha pasado de impartirse en 19 centros en 2015 a hacerlo en 48 universidades públicas y privadas del país. Eso ha hecho que los alumnos de Matemáticas hayan crecido un 39,5% y de informática un 26,7%.
El motivo no sólo lo encontramos en un repunte notable de matriculados en grados de Informática, sino en el hecho de que esta asignatura también se incluye en muchos otros grados nuevos y especialidades que han surgido en los últimos años, como Inteligencia Artificial, Ciberseguridad, Ingeniería Multimedia o Diseño de Videojuegos, lo que ha impulsado la escasez de profesores aún más.
Faltan profesores. Según datos del Gobierno, hay 4.180 docentes del área, un 15% más de que en 2015, pero no son suficientes ese 26% más de alumnos de los que hablábamos. La ley educativa establece que el 50 % del personal de actividades docentes e investigadoras que imparta enseñanzas de grado en una universidad deberá ser doctor, al contrario que la normativa anterior, que diferenciaba ese porcentaje para diplomaturas (30%) y licenciaturas (70%).
Pero los datos no auguran un futuro esperanzador. En 2022 se defendieron un 41% menos de tesis en Matemáticas que en 2015 y un 38% menos en Informática (de 775 a 479). Por lo tanto, hay menos doctores. Y por ende, menos profesorado.
¿Por qué? Uno de los motivos es que la carrera de informática es una de las más demandadas actualmente, con una empleabilidad que roza el 100%. Y eso lleva a muchos profesionales a encontrar mejores condiciones en empresas privadas que en la docencia. Muchos informáticos encuentran trabajo incluso antes de acabar la carrera, lo que disuade a muchos de esta idea, más aún cuando tienen que hacer un máster extra de dos años para enseñar.
Tal y como se explica en este reportaje de El País, la Conferencia de Decanos de Matemáticas se reunió en mayo y afrontó el problema de la enseñanza en institutos y en la Universidad: “No solo se leen menos tesis, sino que las carreras para dedicarse a la investigación o la enseñanza son muy largas y exigen mucho sacrificio para llegar a tener una estabilidad”, señalaba su presidenta, María Asunción García, decana de la Universidad del País Vasco.
Un problema en los institutos. Y es que se trata de un problema que se agrava cada vez más en la educación secundaria. Tres semanas después del regreso a las aulas, en la Comunidad Valenciana siguen vacantes 91 plazas de docentes. Desde el sindicato ANPE (Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza) destacan que también es «llamativo» que las cuatro especialidades vinculadas a electricidad y electrónica suman 22. Incluso catalogando las plazas como difícil cobertura no se han conseguido llenar.
Además, según explican desde el Observatorio de la Informática en España, la asignatura se imparte mal y a los docentes les falta preparación. La institución denuncia en un informe que España se encuentra «por detrás» de los países europeos en formación informática y habla de «desigualdades» de competencias entre los alumnos en función de la titularidad del centro educativo.
Electrónica, concretamente, es la carrera más solicitada. La diferencia entre esta y Filosofía es abismal: 18,4% de paro vs 0,9% tras cinco años desde su graduación. En resumen: la demanda de «gente de ciencias» en el mercado laboral es mucho más alta que hace unas décadas.