Estamos tan acostumbrados a ellos que nos cuesta imaginar las cosas de otro modo. Pero los expertos insisten en que alcanzar los objetivos para combatir el cambio climático pasa necesariamente por el abandono de estas fuentes de energía. Por otra parte, algunas previsiones apuntan que a lo largo de este siglo se acabarán las reservas accesibles a los precios actuales, lo cual fuerza la transición. ¿Será posible que lleguemos a ver un mundo sin combustibles fósiles?
Los expertos insisten en que alcanzar los objetivos para combatir el cambio climático pasa necesariamente por el abandono de los combustibles fósiles.
En su informe anual World Energy Outlook publicado en octubre de 2023, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronostica que a lo largo de esta década la demanda de combustibles fósiles alcanzará su máximo histórico para luego comenzar a caer: en 2030, predice este organismo, la cuota del petróleo, el carbón y el gas natural en el suministro de energía global, que durante décadas se ha mantenido en torno al 80%, descenderá por primera vez al 73%. “Podemos estar asistiendo al comienzo del fin de la era de los combustibles fósiles”, escribía en un comentario el director ejecutivo de la agencia, Fatih Birol. Sin embargo, otras organizaciones retrasan este máximo a la próxima década. Un declive lento.
El descenso de la demanda se debe al impulso a la transición hacia las energías renovables y vehículos eléctricos, que viene también obligada por las medidas reguladoras. En la Unión Europea y Reino Unido no podrán venderse coches nuevos que utilicen gasolina o diésel a partir de 2035. Otros países contemplan planes similares, incluyendo China. Ante el previsible aumento de precio de estos combustibles para los vehículos antiguos, la apuesta se dirige a los e-fuels o electrocombustibles, que se fabrican con CO2 capturado, hidrógeno verde y electricidad limpia, por lo que son neutros en carbono (emiten lo capturado). También existen propuestas para prescindir del carbón y del gas natural dentro de los compromisos de numerosos países para alcanzar la neutralidad de carbono o “cero neto” en 2050.
La AIE aclara también que esto está lejos de ser suficiente para alcanzar el objetivo preferente del acuerdo de París, limitar el calentamiento a 1,5 °C, y que para esto se necesitarán medidas más contundentes. Naciones Unidas también ha advertido de que actualmente no vamos encaminados hacia este objetivo.
Ante el aumento de precio de los combustibles fósiles para los vehículos antiguos, la apuesta se dirige a los e-fuels, que se fabrican con CO2 capturado, hidrógeno verde y electricidad limpia.
Pero dado que los combustibles fósiles no son renovables, diversas fuentes han estimado cuál será la duración de las reservas que pueden extraerse en el margen de los precios actuales. EEUU estima que existen suficientes reservas de petróleo para cubrir la demanda mundial hasta 2050; algunas fuentes calculan fechas concretas para el agotamiento: el petróleo en 2052, el gas en 2060 y el carbón en 2090. Las estimaciones varían, pero no el mensaje: los combustibles fósiles se acaban, pero en cualquier caso debemos abandonarlos antes de que lo hagan ellos, o se consumarán las peores previsiones sobre el cambio climático.