Los títulos de Bachillerato y FP también serán homologados en toda Europa

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La Unión Europea pretende que en 2025 entre en vigor el Plan Bolonia no universitario para fomentar la movilidad laboral.

Actualmente, en la Unión Europea no existe el reconocimiento automático de títulos académicos. Esto significa que, para obtener la aprobación, hay que pasar por un proceso relativamente largo. Cuando este sistema entre en vigor, se eliminarán las barreras para seguir estudiando o trabajando en otro país. Para cuando el Espacio Europeo de Educación esté en pleno funcionamiento, la UE se ha fijado el objetivo de que al menos el 60% de los recién graduados de FP se hayan beneficiado del aprendizaje en el trabajo durante la educación y formación profesionales; y al menos el 47% de los adultos de 25 a 64 años deben haber participado en actividades de aprendizaje en los últimos 12 meses.

La propia Comisión Europea ha admitido que se podría hacer más entre los Estados de la UE para garantizar el reconocimiento mutuo de las titulaciones académicas obtenidas en los diferentes países miembros, con el fin de lograr, de aquí a 2025, un espacio educativo europeo integrado en el conjunto de los veintisiete.

El Ejecutivo comunitario ha advertido de que será necesario redoblar esfuerzos para cumplir este objetivo y señala que, actualmente, sólo 12 de los 27 países de la UE, incluido el Estado español, incluyen el reconocimiento de títulos universitarios en su legislación nacional. obtenidos en cualquier otro Estado miembro. Además del Estado, también forman parte de este grupo Alemania, Francia, Italia, Polonia, Rumanía, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Croacia, Malta y Austria. Además de estos, hay tres países (República Checa, Eslovaquia y Grecia) que están reformando su legislación actual en esta dirección, con el fin de reconocer los títulos obtenidos en cualquier Estado miembro. Actualmente, sólo tres países de la UE (Dinamarca, Suecia y Rumanía) cuentan con un organismo centralizado para reconocer automáticamente los títulos académicos, una fórmula que el Ejecutivo comunitario sugiere para todos los Estados. Sin embargo, Bruselas considera que este modelo centralizado garantiza la autonomía de las universidades.