AUTORA: CAMILA DE EPALZA AZQUETA
Este año 2020 y 70º aniversario de la Declaración de Schumann, tal y como lo recordó la Presidenta de la Comisión Europea en su discurso el 9 de Mayo Día de Europa, “Estamos atravesando un momento de fragilidad para Europa, y necesitamos más audacia para enfrentar estos retos. En nuestro continente, más de 100 000 personas han muerto a causa del coronavirus en estos últimos meses. Cientos de millones de personas están haciendo frente a restricciones sin precedentes en su vida cotidiana para contribuir a contener la propagación del virus… Únicamente una Unión Europea fuerte puede proteger nuestra ciudadanía, así como nuestro patrimonio común y las economías de nuestros Estados miembros”. Más que nunca el lema de la Unión Europa “unidos en la diversidad”, se puede conjugar con “unidos en la adversidad”.
La pandemia ha afectado de lleno a la educación y el modelo educativo europeo con el cierre de los centros educativos y formación en gran parte de los Estados de la UE, trasladando las aulas y centros educativos a formato online, y llevando a las universidades/profesorado/investigadores/gestores y personal universitario a reinventarse a corto y a largo plazo y el alumnado a adaptarse al modelo digital. La educación digital en la Unión Europea, ya se estaba llevando a cabo de manera muy limitada, pero la repentina necesidad creada por las crisis ha empujado inesperadamente a las universidades a saltar a lo digital, sobrepasando muchas limitaciones para poder tener las plataformas virtuales activas en un tiempo muy limitado.
El propio modelo educativo digital y las herramientas y las nuevas competencias/especializaciones van ganando fuerza, y poniéndose entre cierto paréntesis el modelo tradicional de movilidades europeas que se impulsan a través de los proyectos e iniciativas en el marco de los Programas Erasmus y Horizon Europe, así como los marcos de los “créditos” educativos y baremos, la educación dual, entre otros. Tal y como lo señalaba Marya Gabriel, Comisaria Europea responsable de educación, innovación e investigación, a pesar de los desafíos, es necesario aprovechar esta oportunidad para analizar con mayor profundidad la importancia y el valor intrínseco de los modelos de enseñanza digital y evaluar las experiencias resultantes para afrontar la pandemia del COVID-19. Es necesario invertir e investigar más sobre buenas prácticas en los modelos de enseñanza virtual, ya que no es suficiente con poner al profesorado frente a una cámara para dar una enseñanza de calidad online.
El papel de la universidad
Las universidades tienen un papel realmente central que desempeñar en el desarrollo de soluciones creativas innovadoras para muchos de los desafíos sociales y globales que nos enfrentamos hoy como sociedad, así como los propios de la actual agenda europea e internacional (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y contexto frente al COVID-19 y sus consecuencias a corto y largo plazo. Es clave prestar atención a las agendas europeas e internacionales, y seguir de cerca el rol de la educación y la investigación que va a tener en los ejes estratégicos de la actual Unión Europea con relación con el Pacto Verde Europeo y la Agenda Digital Europea.
Distintos expertos y las propias instituciones europeas, lo dicen claro: es necesario preguntarse sobre qué tipo de competencias, experiencia o conocimiento necesitarían las personas para poder resolver efectivamente estos desafíos globales. En esta reflexión y aportando propuestas, la Comisión Europea está impulsando un diálogo con distintas redes europeas que agrupan las universidades europeas, pero siempre capitalizando el trabajo ya realizado e iniciativas destacadas como son las “universidades europeas” (alianzas de universidades europeas, de las cuales las universidades vascas están candidatando), así como los proyectos enmarcados dentro del Programa Erasmus o incluso los Másteres Erasmus Mundus con participación vasca.
Diálogo
En esa dialéctica y nueva narrativa para el futuro de la educación europea y una educación para el futuro de Europa, la Unión Europea preconiza más que nunca un diálogo de la familia educativa con los agentes sociales y económicos del ecosistema regional y geográfico, e incluso primando las eurorregiones/cooperación transfronteriza, para dar respuesta conjuntamente a los desafíos sociales. La necesaria excelencia y el prestigio de la educación europea que marca la próxima Skills Agenda de la Unión Europea y la actual Estrategia de Especialización Inteligente, no está reñida con la denominada cuádruple hélice, ni con la Estrategia europea universidad-empresa de la que Euskadi es un socio europeo aventajado. Por otro lado el trabajo interdisciplinario en enfoques basados en desafíos, sin dejar de lado la especialización, sería un modelo a seguir con objeto de capacitar y desarrollar futuros profesionales con una experiencia educativa, que se incluyan colaboraciones entre sectores sociales y económicos, aportando soluciones sostenibles y en colaboración con otras universidades europeas e internacionales.
Alinearse con los objetivos de los desafíos globales se requiere nuevos enfoques de trabajo. La cooperación y la innovación en métodos de enseñanza, la colaboración y la creación de un entorno de aprendizaje proactivo, y multidisciplinar, serán puntos clave para adaptarse a las exigencias del futuro.
